En ocasiones las series o películas bien sea por guión o por error, ubican animales salvajes fuera de su hábitat natural. Si la trama se desarrolla en una gran ciudad todo es posible, ya que cualquier animal por salvaje que sea es visto por el hombre como una mascota-trofeo. Ahora bien, si la trama se desenvuelve en una lejana isla del Pacifico Sur, es casi imposible que pensemos en ver en plena selva a un oso polar. Esto ocurrió en la serie LOST, en el segundo capítulo de la primera temporada, con esto asumíamos que no era una serie común. Pero ¿qué pensaríamos si en LOST aparecieran pingüinos, en vez del famoso oso polar?

«Pingüino encrestado de Fiordland» (Eudyptes pachyrhynchus) nace y vive en la selva.
Para el momento en que se difundió la serie, yo pensaría que era parte del guión-ficción y seguiría la trama para ver el desenlace, pero hoy en día me arriesgaría a decir que el avión podría estar en la isla sur de Nueva Zelanda, específicamente en la parte sur-oeste llamada Fiordland.
Porque es que allí donde, por increíble que parezca vive el «Pingüino encrestado de Fiordland« (Eudyptes pachyrhynchus) . Aprovechando pequeños ríos y senderos que comunican la selva con el mar, los pingüinos viajan diariamente al mar en busca de comida, pero habitan en la selva. Algunos naturistas explican esta conducta, por la ausencia en la selva de grandes depredadores y la cercanía y facilidad de comunicación selva-mar. Los pingüinos nacen en lugares protegidos dentro de la selva, son alimentados por sus padres hasta aproximadamente los tres meses, edad en la que los pequeños hacen solitos su primer viaje al océano en busca de alimento. Link☞: distribución de las colonias de Eudyptes pachyrhynchus
No cabe duda de que los animales, en ocasiones, nos dan una lección de supervivencia y desarrollo en los habitats más insospechados…Sabes que nosotros somos unos verdaderos amantes de los animales y, cuando David estuvo en Nueva Zelanda, tuvo la oportunidad de estar cerca de los pingüinos y de los koalas. Incluso me llamó la atención que los koalas pequeños pudiesen verse y estar a su lado, contemplarlos pero no tocarlos porque sino, son abandonados por sus madres.
Y los osos polares son unos de los animales que más me gustan. En el norte de España, hubo algunos durante años en el zoo de La Magdalena (Cantabria) y, casualidades de la vida, muy cerquita de un monumento dedicado a Féliz Rodriguez de la Fuente.
¡Gracias por este post tan bello! Un abrazo.
That’s a cretiave answer to a difficult question