De crucero con handicap… cambio de rumbo, primer puerto Nassau-Bahamas

Después de la caída del sol y de curiosear por el barco, fuimos a descansar. El descanso se prolongó un poquito y llegamos al restaurant asignado (con varias opciones de entradas, plato principal, postre, servido en mesa con mantel…) a las 9:30 , el lugar estaba repleto y casi todos nos miraron al entrar. Yo pensaba en mis adentros que esas miradas, no podían ser por nuestro loock de relucientes cabezas rapadas (la vaina no era para tanto). Enseguida nos interceptó-recibió una srta. rubia platinada, facciones bonitas, hablando un inglés con acento ruso que le hacia justicia. Nos solicitó las tarjetas asignadas al entrar al barco y nos escoltó hasta nuestra mesa, indicándonos delicadamente que nuestra hora de cenar es a las 8:15. «Por favor, mañana lleguen a la hora indicada, hoy los vamos a recibir, pero solamente les podemos ofrecer el plato principal y el postre» nos dijo educadamente la anfitriona. Esto nunca más nos sucedió, si sabíamos que no llegaríamos a la hora indicada, simplemente comíamos en otro lugar. Estábamos allí para disfrutar, descansar, cero apuro. Después de la cena pasamos un rato conociendo los teatros, bares y el casino. Siempre hay algo que hacer, pero para nosotros ya era suficiente para el primer día.

Los encargados del servicio de nuestra habitación eran peruanos, educados, atentos y muy serviciales. Sobre todo Fidel, que nos informaba diariamente de las actividades importantes, recomendaciones, cambios, etc. y nos entregaba por escrito el respaldo de su alocución. Como detalle diario, nos dejaban sobre la cama una figura de un «animalito» hecha con una toalla.

Al día siguiente a media mañana avisaron por los altavoces que había un cambio de itinerario, «nuestro primer destino será Nassau-Bahamas, atracaremos en puerto a las 3:30 y todos deberán estar de regreso a bordo a las 8:30». Para nosotros era una decepción, ya que teníamos mucha ilusión en conocer el Hotel Atlantis, sus acuarios, pasear un buen rato para disfrutarlos. La excursión para el Atlantis costaba $ 180 por persona, nosotros decidimos simplemente pasear por las cercanías del puerto.

CambioDeRumbo

La llegada a Nassau fue bajo una suave lluvia, en la salida del barco vendían ponchos y paraguas, nosotros esperamos quince minutos hasta que la lluvia amainó. El Carnival Breeze era el cuarto crucero y el último en llegar al muelle ese día. El pavimento de adoquines no era nada cómodo, la silla sonaba como «perolita de loco», yo ya estaba medio aturdido. La pila recién comprada dio su primera señal de falla, su carga bajaba considerablemente. Nos metimos por callejones, recovecos, «pásame la cámara, hay unos peces bellos para que Carlota los vea», me dice Agata; poco después encontró un sweater blanco que le encantó, yo era feliz viendo su sonrisa y el brillo de sus ojos, propios de una buena compra. Con la pila a medio uso, decidimos regresar a riesgo de quedarnos sin batería. Evitando adoquines y obstáculos cuando pude fuí por la calle, mientras que Agata «escaneaba» las tiendas. De regreso al barco nos integramos a la fila de embarque y solo cuando Agata estaba a punto de entrar yo me adelantaba por la otra rampa y la esperaba para entrar juntos. Ya en el barco, pusimos a recargar la pila y estábamos dispuestos a asearnos y prepararnos para llegar a la hora adecuada a cenar.

En el cronograma inicial esa noche era la «Cena del Capitán», sabíamos que la habían cambiado para la siguiente noche, sin embargo muchas personas no lo sabían y en el comedor y en los pasillos había mucha gente elegantemente vestida. En varias mesas estaban solo los caballeros y una que otra dama. Poco a poco iban llegando las casi todas jóvenes, solas o en grupitos cómplices a ocupar los puestos vacíos. Esta rutina se repitió la noche siguiente, esta vez con una agradable sorpresa. A mitad de la cena desapareció todo el personal, encendiendo cada uno una vela se dispusieron en las barandas y en unas escaleras que hay entre el restaurant y el piso inferior. Al mismo tiempo sonaba la música de fondo y ellos cantaban «That’s Amore» interpretada por Dean Martin (1952).

A nuestro lado una señora que pasaba los setenta, la cantaba casi completa, ¿qué recuerdos le evocaría?. Para mí tenía un significado especial, recordaba todo el proceso de edición del video. En diciembre del 2011 mi hija mayor Andrea me dice vía Skype:  «papi, desde que levanté tengo esa canción pegada, un amigo la uso para un video suyo de fotos de moda y desde el momento que la oí la estoy tarareando o cantando». «Dame el link», le dije . Ya la conocía, me recordaba la parte italiana de nuestra familia Cafarelli, la pasión de conocer rincones, mundo, culturas, gastronomía, personas y siempre compartiendo…that’s amore.

Créditos :
Vídeo inspirador de Romeo Nicoloso Raffaldi: Sesión Fotográfica. Luis Quesada

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2 pensamientos en “De crucero con handicap… cambio de rumbo, primer puerto Nassau-Bahamas

  1. Después de haber leído tu post anterior sobre el crucero, ya estaba deseando leer esta segunda parte tan amena e interesante…Has conseguido que los lectores tengamos la suerte de participar de alguna manera en vuestro fantástico viaje. Incluso he pensado: «Me encantaría hacer un crucero…Tiene que ser maravilloso».
    En las fotos estáis guapísimos y con caras de felicidad, que es lo más importante.
    Y como broche de oro, esa canción “That’s Amore” interpretada por Dean Martin, me trajo buenísimos recuerdos de un viaje que hicimos a Roma hace dos años…Adoro la bella Italia y la alegría de sus gentes y su música.
    ¡Gracias por este buenísimo relato y, desearos de todo corazón que pronto podáis hacer otro crucero, creo que habréis quedado con muchísimas ganas de repetirlo! Porque viajar es lo mejor del mundo y, si se hace en buena compañía, no se puede pedir más…
    Muchos besos para todos.

  2. Queridos Agata y Pepe, la alegría de ustedes es mía, saber que entre ola y ola hay un pensamiento, un beso, un deseo, llena de vida los mares… el mundo. Lo efímero se transforma en eterno y los sueños pasan a ser más dignos que el pensamiento lógico, el amor se hace presente y cada segundo se transforma en un siglo de experiencias enriquecedoras. Todo lo mejor para ustedes y que los cielos llenos de estrellas los colmen de deseos cumplidos, de vida eterna, pero sobre todo de amor.

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