Hoy despedimos el mes de Julio, un mes intenso, mi sensación es que pasó muy rápido. Tuve increíbles experiencias que han significado un aporte a mi espíritu y las compartí con Uds. a través de los posts publicados. Tengo algo pendiente de Julio, pero lo publicaré en Agosto; sin embargo, les adelantaré algo.
Haciendo tiempo, esperando que el viento amainara y se dieran las condiciones para volar en parapente (tándem), decidimos almorzar. A diez minutos de Placivel, en la vía La Victoria-Colonia Tovar, llegamos a un lugar sin muchas pretensiones, pero limpio. Agata se adelantó y apenas llegué con la silla, me recitó el menú del día. Para mí La Colonia Tovar es sinónimo de «rodilla de cochino«, gustos atávicos tal vez heredados de mis ancestros celtíberos. A falta de la ansiada presa, me decanté por unas salchichas, que compartiría con Agata.
Abandoné el grupo que charlaba esperando los jugos, salí a la carretera y evitando huecos y fallas en el asfalto llegué al kiosco vecino. Una pequeña y colorida colección de variadas flores llamó mi atención. La encargada del lugar se impresionó algo con mi condición, pero al ser también una luchadora y sobreviviente, sabia que mi actitud ante la adversidad, era la correcta. Charlamos de la ELA, de lo que a ella le tocó superar, nada menos que en el cerebro. Descubrió las cicatrices cubiertas por su cabellera, pero también me señaló a su pequeña hija. «A ella la tuve después de la operación, los médicos me daban meses de vida y aquí estoy… gracias a Dios», añadió. «Tenga fe, míreme a mi, a mi hija». Yo sonreía, pensando en que la ELA es tan cruel, que es difícil entender que es real, que existe. En medio de nuestra charla hizo una venta, yo le pregunté por varias flores que me gustaron. Agata se acercó a buscarme, la comida estaba lista, con la promesa de un rápido retorno me despedí. Después de comer y compartir un rato, me dirigí con Agata a escoger las plantitas. «Me gusta esta lavanda y el clavel chino» le dije a Agata, señalando las flores.
Le encantaron, ella confirmó el color del clavel y listo, hombre o niño feliz. Agata hizo unas compras adicionales y mi amiga nos regaló unos duraznos pequeños y color verde claro, que estaban divinos. Antes de despedirnos le pregunté, cuál es tú nombre?, Victoria me dijo. Me sonreí y le dije «mi suegra se llamaba Victoria, Vicky».
El relato de lo que sucedió en el vuelo de parapente es para un próximo post. Las plantas llegaron bien a casa, inicialmente las ubiqué en la ventana norte, pensando que el sol de la mañana les sentaría bien. Tras dos días de sol descubrí mi error y las cambié a la ventana sur en donde las disfruto a diario, adornan y aportan color a las fotos de los colibríes.
Ya montándonos en los carros para regresar a Caracas (vía La Victoria), mi hija Andrea dice en voz alta y con la risa contenida: «atención a todos, primera vez en la historia, lo nunca visto: mi papá se va sin llevarse por lo menos una semillita». «Ayy mijita, una semilla no, se lleva dos matas», le replica Agata mirándome al terminar. En el carro risas de cómplices, «las maticas, las aseguraste bien?. Continúa…
que hermoso relato Jose Dopico,
Gracias Maru, cariños.
Me gusta tanto cómo escribes que, cada vez que leo alguno de tus relatos, lo disfruto como si lo estuviese viviendo. También adoro las plantas y las flores…la última que me regalaron fue una planta que se llama «kalanchoe» y como la tengo siempre al sol, la veo crecer de día en día. Creo que lo de las plantas y los animales, es cosa de familia je, je…
Tu mes de Julio ha sido muy bien aprovechado pero, como ya se nos acaba, estoy deseando leer el realato del vuelo en el parapente.
¡Gracias por este excelente post y esas fotos divinas…no me canso de mirarlas!
Muchos besos para todos.
Gracias Tere, haber si te animas a comenzar un blog. Opino que eres una buena candidata, al comienzo cuesta un poco, pero para eso estamos los amigos, Besos y un abrazo a Pedro.
Seguro que no conseguiría escribir más de dos o tres post je, je…Aunque contigo tengo un buen maestro…Escribes genial. Abrazos de los dos.
Segurísimo que muchos más, tú eres muy observadora, lo cual es un ingrediente muy importante. Piénsatelo, consulta con la almohada.
¡Gracias…Lo haré je, je…! Cuando puedas, mira tu correo, te mandé un video.
Me encantó las flores y el post, esperando con ansias el del parapente… 🙂 Ligi
Gracias Ligi, yo leo todos tus posts porque son excelentes y me nutren mucho. La parte deportiva, la vivencia como tal y como las transmites haces que te acompañe en cada rodada, de pana que si. Un beso y para Ro un abrazo.
¡Muchas gracias! claro que vas pega´o con nosotros en las rodadas, te sentimos y nos encanta.