Todavía en «Zona de parapentes» Placivel, todos entraron al restaurant, necesitaban beber algo después de la larga espera al sol. Algo que estaba ocurriendo captó mi  atención, no seguí al grupo al local, tampoco me extrañaron. Recuerdan del post anterior: «De unos arbustos sonaban los reclamos de pichones, tal vez en el nido todavía». Esos reclamos ya no se oían tan lejos, ya no venían de los arbustos. No lograba ubicarlos y estábamos a punto de partir. Al fin detecté un pequeño movimiento y con él los chillidos.

No eran varios pichones, era uno solo y les aseguro que su tamaño era más del doble del «correporsuelo» al que perseguía. Con desatinos logré activar la cámara, sabía que para mi era imposible captar una fotografía. El pichón solo quería comer,  perseguía sin descanso a una madre resignada. Colocando la cámara en opción video, a duras penas capté breves instantes de la escena. Acto seguido me llamaron para irnos, entregándome un helado refresco, «mejor, sería pecado».

Apenas llegar a casa, sacié mi curiosidad «revelando» las fotografías y vídeos en el computador. Era la hora de la verdad, lo que sirve se queda y lo demás a la papelera (mentira). Al ver la filmación casi me mareo, mucho movimiento, imágenes desenfocadas, etc. A pesar de mis limitaciones logré la toma, para mí sumamente valiosa, sin embargo…, ¿cómo hago para salvar algo (presentable) del video?, esa era una buena consulta,… para la almohada. El día ha sido largo y las emociones vividas esconden mi cansancio.

Apenas acostarme ya tenía la posible solución, solo me faltaba controlar mi impaciencia y reponer energías. Después de escoger algunas imágenes, obtuve el resultado que comparto con Uds (archivos GIF y JPG). El pichón de «tordo mirlo» (Shiny Cowbird, Molothrus bonariensis), es fruto del «nidoparasitismo» de esa especie en nidos del «correporsuelo», (Rufous-collared Sparrow, Zonotrichia capensis). En el post El Rey del Engaño, el Usurpador, el Insaciable… el Cuco , nos sorprendía su evolucionada adaptación. Constaté en primera fila que, «las conductas se repiten, solo cambian los personajes». Feliz fin de semana, alerta a cualquier movimiento ó sonido, puede ser… un tesoro escondido.