Esta semana de Agosto 2.013 que está a punto de concluir, ha sido una semana como dicen en baseball (béisbol): «fuera del promedio». Semana de lluvia en Caracas y sin embargo disfrutamos de varias tardes de luz espectacular. La montaña que separa a Caracas del Mar Caribe (los españoles la llamaban Avila y los aborígenes Waraira Repano), reflejó en sus cumbres hasta el último rayito de luz. Para algunos la cruz del Pico Oriental, insinuaba su silueta, para los que la han compartido se mostraba magnífica, pura. Al contemplarla, sin poder evitarlo evóco múltiples y diferentes momentos que disfruté en esa cumbre. Para muchos caraqueños es un ícono de la ciudad, llegar a ella amerita un esfuerzo considerable. Que muchos ven como un entrenamiento deportivo y otros como largas jornadas de peregrinaje.
Ya comenté en el post anterior la noticia internacional, sobre la esperanza en un tratamiento para frenar la ELA-ALS-MND, desarrollado en Israel basado en células madres autólogas. Ver el tratamiento al alcance masivo requerirá de tiempo, un tiempo que en muchos casos, la ELA no esta dispuesta a conceder.
El colibrí que esta posado en el comedero, nació hace pocos meses y la imagen difuminada es una hembra adulta. Yo me fijo mucho en sus comportamientos, tal vez tratando de distinguirlos por sus rutinas. Me ha llamado poderosamente la atención, que ningún adulto (de esta especie) se posa en el comedero, todos sin excepción se alimentan volando. Sin embargo las tres hembras nacidas este año, si se alimentan posadas. Intuyo que simplemente se adaptaron a lo primero que encontraron, cuando el año que viene me vuelvan a visitar como adultas (eso espero), si se posan a comer, inevitablemente pensaré que pueden ser mis «pelonas».
Como he escrito otras veces, ojalá aparezca ese tal vez joven e irreverente científico, que basado en los estudios previos vea lo que otros no han visto, que se erradiqué la enfermedad y que la ELA-ALS-MND sea recordada como un mal sueño o tal vez un espejismo. Amén.