Hay dias que quisiéramos dejar en el olvido, si evocamos su «lado oscuro», sin duda nos haríamos mucho daño. Tal vez por eso nuestra mente borra ó minimiza muchas de las experiencias negativas, otras veces es necesario ayuda profesional y especializada.
Organizando fotos me topé con estas, que hoy acompañan este corto post. Son de Miami-USA, cuando recibimos el diagnóstico de mi ELA (ALS-MND). En esa oportunidad, nos recibieron en su casa una amiga de la infancia de Agata y su esposo. Personas muy especiales y religiosas, fáciles de querer. Siguiendo su consejo nos fuimos a la playa, yo todavía caminaba ayudándome con bastones, con estacionamiento al lado y un acceso cómodo me fue fácil llegar.
Si rememoro esos días, lo que recuerdo es la parte buena de la película, la que a mí me gustó.
Compartiendo esas vivencias escribí uno de mis primeros posts «El día del diagnóstico«, que finalicé así: «Para escribir el post tuve que preguntarle a Agata que hicimos esos días, ya que algunas cosas las eliminé o tal vez dejaron de importarme. Lo que si quedó grabado en mi memoria fue el paseo que hicimos a la playa, apenas llegando comimos unos cremosos helados de camión, los pájaros playeros corrían con su paso corto característico, el atardecer mostraba las siluetas de un kayakista que a la vez pescaba (que… silencio).»
Que padres fotos amigo, como siempre