Caracas, domingo 10 de Noviembre de 2013 (día #13)
Hoy el peque cumplió trece días en casa, desde su llegada este ha sido el día que más activo lo he visto. Se ha entretenido cazando uno que otro insecto, para motivarlo le alejé y cambié de lugar el comedero en varias oportunidades. Lo reté nuevamente colocando el comedero en el apoyabrazos izquierdo de mi silla eléctrica, a él no le gustó mucho la idea y emitió sus chillidos durante un buen rato. Posteriormente voló cerca de mi varias veces, finalmente privó el sentido común y comió abundantemente. A todas estas yo me mantenía inmóvil, sin mover ni un pelo (del bigote), con la cabeza de lado intentaba verlo de reojo, su rápido aleteo abanicaba aire en mi brazo y delataba su presencia.
El peque se comportó de tal manera, que me convenció de que está listo para salir de casa y faltan solo pocos días para ser libre. Cuando afuera hace sol se pone inquieto, vuela a lo largo del ventanal mostrando la necesidad, el deseo de salir a volar, tal vez a perseguir o a ser perseguido por otro colibrí. Siento que lo comienzo a privar de eso y sería mezquino de mi parte engañarlos y adornar la situación para retenerlo. Mañana cambiaremos nuevamente su hábitat y acercarlo un poco más a la ventana y a su libertad, como siempre un día a la vez.
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El peque está precioso, qué colorido y qué plumaje…Paso a paso, acercándose a su libertad…
¡Gracias, Pepe!