Además de las semillas, la vaina de «mare mare» (Cassia grandis) contiene una melaza que le encanta a los pájaros carpintero, conotos, loros, guacamayas y también a las ardillas. Inicialmente la vaina la puse allí para atraer a los carpinteros, ellos comieron una parte y la ardilla comió una porción sentada y lo que quedó se lo llevó a casa. Antes las ardillas me caían simpáticas, ahora no tanto ya que si ellas tienen comida en abundancia pasan desapercibidas, pero si hay escasez hacen desastres; como comer las hojas tiernas de mis bromelias.

Con las vainas de «mare mare» invité al pájaro carpintero a mi balcón, cuando viene su sonido característico me anuncia su presencia. Por lo visto además de la melaza natural de la vaina, también cató el almíbar del comedero y le gustó; tanto que visita cual arrocero, todos los comederos grandes que se ubican al norte, afectando a a dos vecinos y a mi. Cada vez que come lo hace en abundancia, sin prisa, pero vigilante ya que es muy desconfiado y apenas oye un ruido o ve a alguien huye lejos. En los comederos medianos es terrible porque se balancea y despilfarra el preciado néctar que cae sobre las plantas.

Ayer domingo tenía ganas de fotografiar y estuve pendiente de mi entorno tratando de aprovechar la buena luz, que por momentos se me insinuaba. No logré fotografiar nada y me propuse hacer una secuencia de fotos en el comedero grande, usando el flash incorporado de la  cámara. Como siempre estaba pendiente de ver el peque, no lo vi pero eso no me decepcionó, ya que era una señal de adaptación, que él está variando de alimentación y entorno; como debe ser. Fue al bajar las fotos al computador que el peque apareció en dos fotografías, una quedó oscura y apenas se distingue su cola y la otra fue la última foto de la tarde. Aunque sale borroso, se ve claramente que es el peque, con su característica cola de tres plumas grandes y mostrando las que le están creciendo, hasta que complete un hermoso abanico de diez plumas azules.