Todo comenzó en los años setenta cuando una Guacamaya azul y amarillo (Ara ararauna) voló hasta la ventana de Víctor Poggi, un italiano que vivía en Bello Monte-Caracas. La guacamaya se sintió en familia y aunque volaba en completa libertad siempre regresaba a casa, a su casa. Víctor descubrió su pasión y decidió facilitarle a los alados el ambiente propicio para que se reprodujeran, bajo su protección pero en completa libertad. Fueron muchas las crías que nacieron y sobrevivieron mientras Víctor vivió en Bello Monte, al mudarse a Potrerito (en las afueras de Caracas) las guacamayas se emanciparon y anidaron en los chaguáramos secos de la ciudad.
Hoy en día podemos verlas en casi toda Caracas y a veces hasta sobrevuelan las autopistas, posándose a descansar sobre los postes de iluminación ó en los letreros de señalización (un espectáculo único).
Las bulliciosas y coloridas aves son la alegría diaria de varios caraqueños, que como Víctor las reciben en sus ventanas, balcones, en sus casas, facilitándoles comida constante, adecuada y sana. En un gesto que los honra, comparten sus experiencias diarias documentadas en fotos y videos a través de un grupo abierto de Facebook llamado Guacamayas en Caracas. La colorida y alegre simbiosis ha redundado en un aumento constante de la población de las guacamayas, cambiando el color de las mañanas y tardes caraqueñas, convirtiéndolo en hermosos tonos de azul y amarillo.
Adicionalmente a Guacamayas en Caracas también otro grupo de Facebook que documenta las observaciones de aves en Caracas y las comparte en fotos y videos a través de Caracas Alada.
Gracias a todos los integrantes de Guacamayas en Caracas especialmente a Valentina Cristovao, Valentina Alvarez Fabro, Patricia Sánchez y a Morella Sevilla (imagen del día 3 del Calendario de Adviento y cumplió años ayer, felicitaciones!!) por aportar amablemente sus imágenes para el post y compartirlas con Uds.
¡Qué bonita historia y qué interesante leer cómo Caracas se fue llenando de guacamayas, para disfrute de los venezolanos! Tienen un colorido precioso…Y se ve que les encantan las pipas je, je…
¡Gracias por este nuevo post, Pepe! Un día más en tu calendario de Adviento…
si yo viviera en caracas les aseguro fuera parte de ese privilegio de cuidarlas y disfrutar de ellas alimentarlas y asistirlas.