La tarde del sábado pasado fue realmente particular, los alados estaban alborotados y en un frenesí sin control acudían al comedero. Por primera vez coincidieron en la visita la hembra y el macho del Mango Pechinegro, pero apenas vio a la hembra el macho emitió su llamado característico y se abalanzó sobre ella alejándola. Contemplé en pocas horas, todas las combinaciones posibles entre las tres especies aladas, en persecuciones, relevos, comiendo, etc. Con la cámara en el trípode y con su pila a tope hice n+1 fotos, son tantas que requerirán de n+1 horas de trabajo para procesarlas.
Otra agradable sorpresa, de esa tarde sabatina fue que el macho de Mango Pechinegro se quedó hasta última hora permitiéndome tomarle fotos que la temporada pasada no pude. Yo asumo que ese cambio se debe a que el ave esta durmiendo cerca del comedero, es decir en un radio de trescientos a cuatrocientos metros, bienvenido vecino!.