Hace unos días madrugué más de lo habitual y aprovechando un hermoso amanecer muy soleado me instalé en la ventana del balcón, seguí con curiosidad los lentos cambios de luz y los rápidos movimientos de los colibríes alrededor del comedero.
Como si se tratara de una relación romántica, evoqué algunas mañanas que compartí con la Peque Ruby y les confieso que sentí nostalgia mezclada con alegría y satisfacción. De esas mañanas con la pequeña hay algunos videos, hoy comparto con Uds una parte de su rutina matutina de acicalamiento y ejercicios.