Si hay algo que caracteriza la actividad entorno a los comederos para colibríes, es la ausencia de rutina, tal vez esa sea una de las razones para su relajante contemplación. Es una dinámica en donde casi todo varía a diario ó por momentos: los personajes, el liderazgo, el agresor, el agredido, el perseguido, el perseguidor, víctima y victimario, etc.

Hace casi una semana uno de esos cambios se dio, el más afectado fue el Peque. El protagonista fue un ♀=♂ Colibrí de Pecho blanco, llamado también Diamante Gargantiverde [Glittering-throated Emerald (Amazilia fimbriata)]. El color verde solo se puede observar cuando la luz le da directamente de frente a esa zona de su cuerpo.

Al principio el Peque ofreció la usual resistencia pero al final desistió, ya que después de varias persecuciones e intercambios de golpes conoció al adversario, comprobando en carne propia la intensidad de sus modales.

El Diamante Gargantiverde fue una compañía entretenida, como otros colibríes mostró sus diferentes facetas, parecía un casting para sustituir al Peque. Se aferró al posadero, proclamándose dueño y señor del entorno, aunque de vez en cuando otro alado se encargaba de bajarle los humos.

La ocasión era propicia para una serie de fotografías, así lo entendí desde el principio y el resultado fue muy satisfactorio. La experiencia fue sorprendente, hay muchas mas fotos con diferentes roles, pose, actitud; escogí unas cuantas para exponer su increíble «actuación».

A la mayoría de las aves las oiremos antes de verlas, los colibríes no son la excepción. Casi todos las aves tienen varios cantos o sonidos, en el caso de los colibríes son sonidos muy característicos y particulares para cada especie. En el video uno de los varios sonidos que emite el♀=♂ Colibrí de Pecho blanco, llamado también Diamante Gargantiverde [Glittering-throated Emerald (Amazilia fimbriata)]. Una joya de ave con sonido metálico.