La Rosa de montaña (Brownea macrophylla) sigue regalándome su exquisita floración, hoy tenía una sola flor a plenitud; pero era tan hermosa que hasta el mismo Sol la atendió un buen rato con esmerada exclusividad.
En esta ocasión la flor estaba ubicada en un rama a media altura, lo suficientemente alto para verla y fotografiarla desde un estacionamiento cercano. Así completaría las dos caras de una misma flor, el fotogénico, archiconocido frente y el menos conocido anverso, parte posterior, a veces confundido con un hermoso Pac-Man (パックマン – Pakku Man – Comecocos) florido.