El reciente nido de Titiriji ocupa mi atención ya que la considero una oportunidad que debo aprovechar para documentar (sin exagerar). Hace dos días quedé boquiabierto viendo el ritual de amor del Titirijí, el macho «pisando» (de pie, montado en su espalda ) a la hembra cerca del nido. Ella batía sus alas, al mismo tiempo que el macho hacía que sus colas coincidieran una y otra vez. En un instante la escena cambió, intempestivamente el macho huyó y la hembra lo siguió, persiguiéndolo de cerca a gran velocidad.
Curioso por ver si había cambios considerables me acerqué al nido en la tarde, no logré ninguna imagen y la luz duró muy poco. Aproveché para seguir la poca luz que quedaba y regresar a casa con alguna imagen. El resultado fue una sorpresa, al captar pinceladas de luz, la naturaleza relajada, la espiritualidad evocada.
En una suave despedida la luz del Sol se disipó y los rayos de Luna la solaparon. Pocas veces fotografío a la Luna, pero el momento era propicio, hasta lo exigía. Delante de la Luna estaban las ramas secas de un Granadillo, hice varias fotos buscando diferentes opciones. Lo impensable sucedió y en una de la Imágenes quedó la Luna atrapada.
En Instagram y en FB acompañe la foto con el siguiente texto: Hoy la Luna por un breve momento quedó atrapada en una rama, felizmente se liberó. Buenas noches.