Desde hace varias semanas Caracas está sometida por una ola de calor, acompañada por una larga sequía. Adicionalmente hay varios incendios en el P.N. Waraira Repano (Avila), los que han enrarecido aún más la densa cortina de calina.

En las noches cada quién echa mano a sus recursos ó habilidades para aminorar la sensación térmica. Utilizando tal vez aire acondicionado, ventiladores, ventanas abiertas, ropa escasa, ducha fría, bebidas frescas, etc. Pero inevitablemente en la mañana siempre oímos a alguien comentar: «que calor el de anoche!», «me despertó el calor a las…» «todo se paró y no corría ni pizca de brisa», «si así es aquí, cómo será en Maracaibo?»

Caracas ardiendo en calor al amanecer. Caracas Burning in heat at sunrise. Foto: Félix León @photofxs

Caracas al atardecer, parece arder sin distinguirse las llamas. Foto: Isidro Pestana @isidro_tibunando

En calor exagerado me afecta aún más por mi condición (ELA-ALS-MND). Por ello tomo medidas necesarias para evitar el agotamiento, la deshidratación, etc. El momento del día más difícil es aproximadamente una hora después de almorzar, ya que si la brisa se detiene me invade un profundo sopor. La modorra me domina, pero no me siento cómodo en ningún lugar de descanso (tumbona, cama, chinchorro, etc), todo me acalora.

Después de experimentar varias alternativas, encontré una posición y solución algo extraña, pero que me funciona. Con ellas aprovecho la ventilación cruzada por pequeña que sea, adicionalmente los colibríes me refrescan al abanicar sus alas, provocándome una sensación es puntual y agradable-reparadora,

Destaco la iniciativa solidaria en el llamado de mi amigo César Diez (sólo en Caracas), tal vez algún día simplemente por «mover un dedo» se marque una gran diferencia.

Agradezco a mis amigos y colaboradores del blog Félix León e Isidro Pestana por su apoyo incondicional. Sus imágenes son elocuentes y hablan por si solas.